Hermoso corcel,
caballo no alado,
sobre su fuerte y gallardo lomo,
la desnudez de la bella Epona
viaja en contacto y trabazón.
Madre Celta cabalgando
por el jardín de las Delicias.
Buen solaz.
Fresca esencia.
Unión y caricias.
Fontanar.
Fértil y fresca salvaje higuera.
Figura que representa
la siempre agradable hermosura.
¡Madre Natura!!
Cuerpo con cuerpo.
Piel con piel.
El galopar
dibuja movimientos
que hacen vibrar
y despertar
los pensamientos.
La única prenda
que cubre escasamente
el bello cuerpo libre
de Epona,
es una sensual camisa nívea
de fino lienzo,
como la fecunda nieve.
Cuerpo con cuerpo.
Piel con piel.
El ágil trotar
hace caer la blanca tela,
quedando atrás
en el vacío
como una estela.
Volando en el espacio,
la fugitiva vestimenta
va dibujando ondas,
y su huida,
abre el arca que guardaba
el hermoso joyel.
Es entonces,
cuando la fermosura
y la belleza
del esbelto cuerpo desnudo
de la sabia y valiente Epona,
sobrepasa
toda ingeniosa y preciosa
escultura.
Cuerpo con cuerpo.
Piel con piel.
